domingo, 10 de julio de 2011

Histórico y Magnífico

Un día que es marcado porque un grupo de personas hace historia siempre inspira, las ideas fluyen, el pasado resurge y de nuevo el futuro nos emociona. Pero lo único que vale hoy por hoy es reconocer y aplaudir el excelente logro de los nuevos “niños héroes”, y es que muchos los llaman así, pero al final éstos jóvenes sólo son el resultado de trabajo, mucho cerebro, corazón y un poco más… El logro se concluyó de manera muy positiva, pues desembocó nada más y nada menos que en un título Mundial.

Ni el mejor sueño se le acerca a lo vivido el 10 de julio en el Azteca y bien es cierto que hay una historia que marcó en 2005 a las divisiones inferiores de la Selección Mexicana, pero el 2011 tiene ingredientes supremos pues el Mundial fue en casa, la batalla final se jugó en el pletórico e histórico Estadio Azteca, millones de aficionados atentos al juego; y mejor aún el recuerdo de la grandiosa semifinal contra los Germanos y esa demostración de pundonor, pasión e ímpetu en el bello deporte que es el futbol. Y es que al final eso es lo que vale, la calidad es importante pero la convicción y el amor por la profesión te lleva a la cumbre.


Yo no se si todos lleguen a la primera división o vayan al extranjero, sin duda lo merecerían; lo único que si se es que debemos agradecerles porque demostraron que todo se puede logar con dedicación y mucho esfuerzo, siempre hay obstáculos pero la capacidad de librarlos la tienen pocos, ojalá existirán más personas jóvenes y mayores así, tal vez la muestra de valores que nos dio la sub-17 en cada uno de sus juegos, desde la preparación hasta la culminación con el trofeo en mano, es algo que muchos deberíamos aprender y aprehender.

Hoy me queda claro que los sueños se cumplen, no de la nada ni por cuestiones mágicas sino por el trabajo, así 21 muchachos y su cuerpo técnico son los campeones, ellos lo deben festejar.

Deseo fervientemente que el futuro de todos no se quede en una promesa, pues ahora empieza un camino difícil, lleno de verdaderos obstáculos, monstruos disfrazados de amigos, fama y nadie dice que sea mala pero a veces no es buena consejera. Lo dicho, éstos jóvenes tienen distinto corte, una educación y disciplina plausible, con garra y más que los Charrúas; así que a comenzar a luchar por los sueños individuales.

Finalmente, solo queda dar las gracias porque éstas emociones no suceden diario y nuestro país es mucho más que futbol ¡si! y los males que lo aquejan son más preocupantes que todo ¡sí!, pero un título Mundial sub-17 es una alegría que hace olvidar un poco todos los problemas y se vale disfrutarlo.







¡Gracias Muchachos! .

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